El aislamiento de los mayores es un problema social creciente, y una de las causas que a menudo se pasa por alto es cómo se comunican los propietarios con sus inquilinos ancianos. Aunque la transición digital ha facilitado la gestión inmobiliaria, también ha contribuido a dificultar aún más el acceso a la información y los servicios para una parte importante de la población mayor, sobre todo la que vive en inmuebles. La falta de soluciones de comunicación alternativas adecuadas puede conducir a un profundo aislamiento, a menudo agravado por la falta de interacciones humanas en la vida cotidiana.
Comunicación digital cada vez más exclusiva
Cada vez más arrendadores, ya sean privados, públicos o grandes gestores inmobiliarios, utilizan la tecnología digital para gestionar sus propiedades. Ofertas de vivienda, información práctica, actualizaciones sobre el estado del inmueble, trámites administrativos e incluso gestión de pagos, ahora todo está desmaterializado. Esta evolución, muy beneficiosa en una sociedad digital, plantea un gran problema a las personas mayores, sobre todo a las que son inquilinas de un edificio.
Los residentes de más edad, a menudo menos familiarizados con las herramientas digitales, pueden encontrarse en una situación de exclusión. Para ellos, acceder a un portal de alquiler online o recibir una notificación por correo electrónico no es una opción viable. Muchos de ellos no tienen el equipo necesario, o simplemente no saben cómo utilizarlo, ya sea para consultar el alquiler, informar de una avería o incluso asistir a las reuniones del condominio. Esta brecha digital les priva no sólo de información esencial, sino también de un vínculo social que, más allá del aspecto funcional, tiene una dimensión humana fundamental.
El impacto del aislamiento en el bienestar de los mayores
El aislamiento social y digital tiene un impacto directo en la calidad de vida de los mayores. Sin una comunicación fácil y accesible con su arrendador, pueden sentirse invisibles y desatendidos. Una persona mayor que no puede resolver una simple avería en su vivienda o que no recibe información sobre la gestión del edificio, como obras previstas o cambios en el reglamento de la comunidad, puede sentirse rápidamente excluida, incluso desatendida.
El aislamiento digital también contribuye a agravar la soledad social, al reducir las oportunidades de interacción incluso a distancia. Cuando la única forma de comunicarse con el propietario es a través de un correo electrónico o un formulario en línea, muchos mayores ya se sienten vulnerables e incapaces de buscar la ayuda que necesitan. Sin contacto humano directo, pueden sentirse rápidamente ignorados y desconectados de la vida del edificio, lo que crea una sensación de inutilidad y puede incluso conducir a problemas de salud mental como la depresión.
Soluciones a aplicar
Es esencial que los propietarios y gestores de inmuebles tomen conciencia de este problema y pongan en marcha soluciones adecuadas para garantizar una comunicación inclusiva. He aquí algunas ideas para colmar esta laguna:
Multicanal: Diversificar los modos de comunicación
Además de las herramientas digitales, es esencial mantener los canales de comunicación tradicionales: correo postal, llamadas telefónicas e incluso visitas a domicilio en algunos casos. Los administradores de edificios pueden organizar llamadas físicas o reuniones periódicas con sus inquilinos más antiguos para responder a sus preguntas.
Soporte digital
Ofrecer servicios de apoyo para el uso de herramientas digitales, como talleres o sesiones de formación, puede ayudar a los mayores a familiarizarse con las tecnologías. Esto les permitiría acceder más fácilmente a la información en línea, manteniendo al mismo tiempo un vínculo con su gestor.
Creación de un equipo dedicado a ayudar a las personas mayores
Para los inquilinos especialmente vulnerables, podrían crearse personas de contacto dedicadas y formadas para atender a este grupo de edad. Estas personas se encargarían de comunicarse con los mayores de forma personalizada, atender sus necesidades y apoyarles en sus trámites administrativos.
Reforzar los lazos comunitarios dentro de los edificios
También es crucial fomentar iniciativas que favorezcan la socialización de los mayores dentro del edificio. Los actos periódicos, los grupos de discusión o incluso los voluntarios que visitan a los inquilinos mayores pueden ayudar a abordar el aislamiento social.
Conclusión
El problema del aislamiento de los inquilinos mayores en los edificios, agravado por una comunicación exclusivamente digital, requiere concienciación y una acción proactiva por parte de los propietarios y gestores de edificios. Diversificando los canales de comunicación y situando a las personas en el centro de la gestión de los alquileres, es posible reducir este aislamiento y reforzar el bienestar de los mayores, ofreciéndoles una solución a la vez práctica, respetuosa e integradora. Para que la transición digital sea realmente beneficiosa para todos, debe hacerse respetando las necesidades y realidades de cada inquilino, independientemente de su edad.
Todos los donantes utilizan Homelinks para comunicarse con sus inquilinos mayores en relación con sus equipos in situ y los cuidadores